el narrador de esta historia, que es el propio Lluís Maria Todó, sufre un bloqueo creativo mientras trabaja en su sexta novela. Entonces encuentra casualmente los diarios que había escrito a los diecinueve años, cuando abandonó Barcelona ―después de haber dejado embarazada a su novia― para irse a estudiar a Francia, concretamente a la Universidad de Pau, nuevo entorno en el que tomaría conciencia de su homosexualidad.
transcribiendo y comentando con ironía el contenido de estos cuadernos, el autor reflexiona sobre su propio proceso de maduración, dirigiendo una mirada crítica a los cambios de la sociedad en los últimos cuarenta años. Entre el diario y la autobiografía, esta obra narra las vivencias personales del autor con enorme originalidad.
El mal francés recibió el premio Josep Pla en el año 2006.
LLUÍS MARIA TODÓ, novelista, traductor y profesor universitario, nació en 1950 en Barcelona. Su primera novela Placeres ficticios (Anagrama, 1993), fue recibida con elogios por crítica y lectores, y El juego del mentiroso (Anagrama, 1995) lo consagró como uno de los mejores autores del momento. Posteriormente publicó La adoración perpetua (Ediciones del Bronce, 1999). Lluís Maria Todó destaca asimismo por su maestría en el relato breve; prueba de ello son sus aportaciones a los libros colectivos Amores imposibles (Ediciones de la Tempestad, 2002) y Tu piel en mi boca (Egales, 2004), pero Doce fábulas (Egales, 2007) una excelente colección de relatos de su exclusiva autoría es, hasta la fecha, su principal aportación al género.
transcribiendo y comentando con ironía el contenido de estos cuadernos, el autor reflexiona sobre su propio proceso de maduración, dirigiendo una mirada crítica a los cambios de la sociedad en los últimos cuarenta años. Entre el diario y la autobiografía, esta obra narra las vivencias personales del autor con enorme originalidad.
El mal francés recibió el premio Josep Pla en el año 2006.
LLUÍS MARIA TODÓ, novelista, traductor y profesor universitario, nació en 1950 en Barcelona. Su primera novela Placeres ficticios (Anagrama, 1993), fue recibida con elogios por crítica y lectores, y El juego del mentiroso (Anagrama, 1995) lo consagró como uno de los mejores autores del momento. Posteriormente publicó La adoración perpetua (Ediciones del Bronce, 1999). Lluís Maria Todó destaca asimismo por su maestría en el relato breve; prueba de ello son sus aportaciones a los libros colectivos Amores imposibles (Ediciones de la Tempestad, 2002) y Tu piel en mi boca (Egales, 2004), pero Doce fábulas (Egales, 2007) una excelente colección de relatos de su exclusiva autoría es, hasta la fecha, su principal aportación al género.
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