aún más interesante (si cabe) que el anterior, este ensayo tiene por objetivo intervenir en el proceso de revisión del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) para que la transexualidad deje de ser considerada una enfermedad, como la homosexualidad lo fue en su día en un proceso bastante parecido. El libro recoge una selección de artículos que incluso llegan a ser contradictorios (nada más fecundo que la contradicción, por otra parte), en el que diferentes autoras (uso el femenino como genérico porque me apetece hoy) analizan los pros y los contras de la exclusión de la transexualidad del DSM: desde que la transexualidad no es una enfermedad puesto que los psiquiatras y psicólogos no tratan de curarla, sino de hacerles firmar un certificado del verdadero transexual que les exima a ellos mismos de las posteriores aberraciones a las que pueden verse abocados, las decepciones con las operaciones de reasignación de sexo, las mutilaciones de las personas intersexuales, la obligatoriedad de elegir uno de los dos géneros normativos (en vez de operar a la sociedad entera, les operamos a ellos), la existencia de realidades transexuales muy distintas a lo largo de la historia y en diferentes culturas (una parte interesantísima, sin duda), la creación de la «transexualidad» como un discurso médico y político para categorizar algo que seguramente no es categorizable, las probabilidades de que las aseguradoras médicas y los sistemas públicos de salud no cubran los tratamientos si la transexualidad sale del DSM (sin tener en cuenta que la salud no es sólo luchar contra una enfermedad sino conseguir el bienestar: los embarazos o las orejas de soplillo están cubiertas).
si bien la totalidad del libro es muy interesante, queríamos destacar dos excelentes ensayos, uno de Kim Pérez sobre la historia de la patologización y despatologización y otro de Cristina Garaizabal: «Transexualidades, identidades y feminismos», que desde su título nos indica lo complejo y lo bello que es todo esto. Muchas veces pensamos que la transexualidad no nos afecta. Sin embargo, los mecanismos para detectar posibles personas transexuales desde la infancia no son más que métodos enmascarados de detectar homosexualidad, para intentar evitarla. Alguno de los personajillos (¿científicos?) que están interviniendo en el DSM-V, previsto finalmente para 2013 en lugar de para 2012, no nos hacen augurar nada bueno (concretamente, Kenneth J. Zucker, impulsor del uso de terapias reparativas para «curar» la homosexualidad).
Gerard Coll-Planas nació en Cardedeu en 1980. Es doctor en sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Miquel Missé nació en Barcelona en 1986. Es sociólogo y activista trans (en el «TransBlock» y en la desaparecida «Guerrilla Travolaka»).
(elputojacktwist@gmail.com, dos manzanas, 10/2010)
si bien la totalidad del libro es muy interesante, queríamos destacar dos excelentes ensayos, uno de Kim Pérez sobre la historia de la patologización y despatologización y otro de Cristina Garaizabal: «Transexualidades, identidades y feminismos», que desde su título nos indica lo complejo y lo bello que es todo esto. Muchas veces pensamos que la transexualidad no nos afecta. Sin embargo, los mecanismos para detectar posibles personas transexuales desde la infancia no son más que métodos enmascarados de detectar homosexualidad, para intentar evitarla. Alguno de los personajillos (¿científicos?) que están interviniendo en el DSM-V, previsto finalmente para 2013 en lugar de para 2012, no nos hacen augurar nada bueno (concretamente, Kenneth J. Zucker, impulsor del uso de terapias reparativas para «curar» la homosexualidad).
Gerard Coll-Planas nació en Cardedeu en 1980. Es doctor en sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Miquel Missé nació en Barcelona en 1986. Es sociólogo y activista trans (en el «TransBlock» y en la desaparecida «Guerrilla Travolaka»).
(elputojacktwist@gmail.com, dos manzanas, 10/2010)
0 comentarios:
Publicar un comentario