primera novela en castellano del catalán Frederic Mayol Ibáñez (1966), licenciado en Geografía e Historia. En realidad, El mundo en una botella es también su primer libro «para adultos», pues L'aniversari robat y Selva de tenebres, sus anteriores novelas, son obras de literatura juvenil. Por supuesto, se trata también de una novela «gay», aunque cabría puntualizar que la dosis de sexo que encontraremos aquí es mucho menor que la habitual en otros libros de la colección «Inconfesables» de la editorial Odisea.
el mundo al que hace referencia el título es el de Unai, un peluquero que escribe un diario desde el mismo día en que abrió su modesto local. Cuando se mira al espejo ve «a un hombre que ha entrado ya en los treinta y tantos largos (nunca confesaré mi edad ni siquiera en este diario) pero que se conserva fantásticamente». Pero el atractivo Unai también se siente a veces «encerrado como si estuviera dentro de una botella de cristal: a la vista de todo el mundo pero yo viéndolo todo deformado». Y es que, después de siete años juntos, la vida con su pareja resulta del todo insatisfactoria, aunque él no quiere verlo: «Sé que debería replantear mi relación con Enrique. Me lleva por un callejón que me anula pero no puedo evitarlo». En su rutinaria vida también hay buenos momentos, como las frecuentes visitas de sus amigos a la peluquería: David ―también conocido como Maggie― habla siempre por los codos ―y en femenino― de sus últimas conquistas; Jorge está abatido porque su novio le ha abandonado; Gus trabaja en un banco por las mañanas y por las tardes atiende un teléfono de ayuda a seropositivos; Eduardo está enamorado de un psiquiatra que no le hace ni caso; Roberto dejó su pueblo para vivir libremente su homosexualidad en a ciudad.. Y también está Musta, un marroquí hetero que es el mejor amigo de Unai, y que es el único que intenta hacerle ver lo desastrosa que es la relación con Enrique. A lo largo de una semana, Unai escribe en el ordenador ―con cierto descuido sintáctico y ortográfico, acaso intencionado― todo lo que le pasa, todo el dolor que le produce sentirse tan solo pese a vivir en pareja.. y algún que otro sentimiento inconfesable.
(Jaime Díaz, Shanguide, febrero/10)
el mundo al que hace referencia el título es el de Unai, un peluquero que escribe un diario desde el mismo día en que abrió su modesto local. Cuando se mira al espejo ve «a un hombre que ha entrado ya en los treinta y tantos largos (nunca confesaré mi edad ni siquiera en este diario) pero que se conserva fantásticamente». Pero el atractivo Unai también se siente a veces «encerrado como si estuviera dentro de una botella de cristal: a la vista de todo el mundo pero yo viéndolo todo deformado». Y es que, después de siete años juntos, la vida con su pareja resulta del todo insatisfactoria, aunque él no quiere verlo: «Sé que debería replantear mi relación con Enrique. Me lleva por un callejón que me anula pero no puedo evitarlo». En su rutinaria vida también hay buenos momentos, como las frecuentes visitas de sus amigos a la peluquería: David ―también conocido como Maggie― habla siempre por los codos ―y en femenino― de sus últimas conquistas; Jorge está abatido porque su novio le ha abandonado; Gus trabaja en un banco por las mañanas y por las tardes atiende un teléfono de ayuda a seropositivos; Eduardo está enamorado de un psiquiatra que no le hace ni caso; Roberto dejó su pueblo para vivir libremente su homosexualidad en a ciudad.. Y también está Musta, un marroquí hetero que es el mejor amigo de Unai, y que es el único que intenta hacerle ver lo desastrosa que es la relación con Enrique. A lo largo de una semana, Unai escribe en el ordenador ―con cierto descuido sintáctico y ortográfico, acaso intencionado― todo lo que le pasa, todo el dolor que le produce sentirse tan solo pese a vivir en pareja.. y algún que otro sentimiento inconfesable.
(Jaime Díaz, Shanguide, febrero/10)
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